Durante el Proceso de Reorganización Nacional la función de los grupos de tareas era capturar a los ciudadanos a quienes los servicios de inteligencia (la SIDE y otros) identificaban como "guerrilleros", "izquierdistas", "activistas sindicales", o más generalmente, "los zurdos". El grupo de tareas los secuestraban y los recluían en el centro clandestino de detención o "chupadero", por lo general una comisaría, un establecimiento militar o un edificio acondicionado a tal efecto.
El informe de la CONADEP, Nunca Más, dejaba testimonio sobre el papel jugado por los grupos de tareas:
"...Con la intempestiva irrupción del grupo a cargo del secuestro comenzaba el primer acto del drama que envolvería tanto a las víctimas directas como a los familiares afectados. Los operativos se realizaban a altas horas de la noche o de la madrugada. Generalmente, en el domicilio irrumpía una patota o grupo integrado por cinco o seis individuos.
Iban siempre provistos de un voluminoso arsenal, absolutamente desproporcionado respecto de la supuesta peligrosidad de sus víctimas. Previo al arribo de la patota, solía producirse en algunos casos el apagón o corte del suministro eléctrico en la zona en que se iba a realizar el operativo. La cantidad de vehículos que intervenían variaba, ya que en algunos casos empleaban varios autos particulares (generalmente sin chapa patente); en otros contaban con el apoyo de fuerzas regulares, las que podían estar uniformadas, en camiones o camionetas identificables como pertenecientes a algunas de las tres fuerzas y, en algunos casos, helicópteros que sobrevolaban la zona del domicilio de las víctimas..."
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